domingo, 31 de agosto de 2008

Pain in the ass

¿Por qué tenderemos a la autodestrucción?, seguramente no faltará quien piense o murmure "mta, la drama queen". ¡No! en serio... nos autoinfligimos dolor. Basta ejemplificar con una picadura de mosco, nos rascamos hasta sangrar, sentimos picazón, ardor y al final solamente conseguimos una sensación dolorosa y un agujero en la piel.

Nos comemos una bolsa de palomitas y a la media hora ya estamos juzgándonos con en el clásico ¿y todavía me atrevo a quejarme?, tragona, barrosa, celulítica, ve la lonja, la piel grasosa y demás -o algo similar, jaja-. No tenemos dinero, pero nos encanta comprarnos el relojito, la blusita, los tenis, las chácharas y fritangas que se atreven a cruzarse en nuestro camino.


Una muy buena y atractiva para la gran mayoría: ¡12 meses sin intereses! al final compras tantas cosas (una ganga!) y luego no puedes detener el llanto, las quejas y el ¿por qué nadie me detuvo?, jaja. Pero ahí vas... y lo volverás a hacer. Eres víctima de la mercadotecnia... bueno, tu debilidad se reduce a eso.

Estamos con álguien por el simple hecho de estarlo, dejamos a un lado la atracción, el amor y el desarrollo emocional al vivir experiencias nuevas; ps estamos jóvenes, nos queda mucho futuro... pasársela bien es una buena excusa, pero ¿con eso tienes?. No.. evidentemente tiempo después estarás encontrándole defectos al de al lado, presenciar la formación de una burbuja de saliva te parecerá más alucinante. Te pondrás una fecha límite, ¡total, si ya te encariñaste un poco!, intentas sobrellevarlo, una rachita buena, luego te hartas más... no sabes cómo quitarte de encima al objeto de tu afecto -aunque sea por un rato-, vives en una montaña rusa emocional gratis, claro.. y todo para terminar odiando a muerte a quien alguna vez fue tu t-o-d-o. O en el mejor de los casos... saludarse de vez en cuando, sin dejar de criticarlo/la a fondo una vez desaparecid@.

Si vives con tus papás no los soporto y si vives sol@ cómo los extraño!. Si álguien te dice algo demasiado tarde me hubieras dichoooo!, si te lo dice muy "temprano" no maaanches, no me digas esoooo!. Hay miles, miles...

Nos cortamos las venas por cualquier cosa... cuando éramos chiquitos lo peor era pelearte por una muñeca, un cochecito o por no obtener el juguete de moda, igual te daban una paleta y se te olvidaba. Crecemos y los problemas se multiplican, el mundo, el novio, los amigos, no encuentro chamba, mi perro, mis huesos y el calcio, ¿tampón o toalla?, no me baja, ¿hablaron mal de mí? me las van a pagar, ¿empezaré ya a tomar ácido fólico?, ¿normal o light?, se va a terminar el mundo, no tengo dinero, me dio gripa, ¿sencillo o doble?, los triglicéridos, ¿alto, grande o venti?, ¿me sepultan o me creman?, ¿taxi, coche o ruta?, no tengo para pagar el doctor, dalay... ¿fumar o no fumar?, sigo sin tener dinero, y sin encontrar trabajo. ¿victoria, león, pacífico, corona o montejo?, una marcha en contra de la inseguridad, ¿hijos?, ¿pc o mac?, debo pagar la renta, los osos polares se mueren, ¿y si se termina el agua? y blah, blah.

Hay millones de cosas qué hacer, qué pensar, de las cuales quejarse y platicar... la solución es encontrar un equilibrio y no bitchear taaaanto. Con tantas opciones y tanta información... no sé qué suceda primero, volvernos locos, matarnos unos a otros o el mundo se terminará. Tengo gripa y siento que muerooooo - Así como yo! Nos encanta sufrirle.
En fin... ya no se azoten, jaja.

sábado, 16 de agosto de 2008

De filetes y maquillaje

Seguramente, has visto las preciosas y apetitosas páginas de una revista cuando en éstas se muestra publicidad sobre comida, repostería, el helado de moda o un cereal nuevo, ¿a poco no se le hace a uno agua la boca y cuando tenemos oportunidad, vamos y compramos el mentado pastel con helado y una cerezota sólo porque se veía bien bonito y resulta no parecerse en nada al de la revista? bien, pues te hago una pregunta.

¿Creías que los suculentos platillos mostrados en las fotografías de los anuncios publicitarios, menús de restaurantes o ilustraciones de los mismísimos productos eran reales? Lamento reventar esa burbuja, pero no lo son. Son simples obras de arte creadas por alguien a quien se conoce como estilista culinario.

Cuando observas un jugoso, doradito y exquisito pollo a la naranja, acompañado de verduras asadas con los colores más vivos que uno mismo, sin un sólo defecto, las piernas adornadas con un simpático calcetín de papel y servido para engullirlo sin empacho alguno... salivas, salivas.

Pero lamentablemente todo eso antes descrito ni siquiera es comestible, la única realidad de todo esto, es muy simple: el pollo está crudo, las patas pegadas con silicón y lo doradito es pura pintura en aerosol con unas pinceladas de laca. Increíble, ¿no? Las verduras están maquilladas con pinturas especiales y quemaditas con un soplete, sí, leíste bien: so-ple-te.

Lo mismo se hace en las fotografías publicadas en revistas para promocionar algún nuevo o clásico producto comestible, como lo son pasteles, helados, pastas, hamburguesas, refrescos y alta cocina, entre muchísimos más.

Es probable hayas experimentado esa desesperación por complacer el antojo de la nueva macro hamburguesa de cierta cadena de comida rápida, en cuanto tienes oportunidad vas, la compras y lentamente con toda la ilusión (y saliva) del mundo a causa del monstruoso gusto abre la bolsita en donde entregaron tu pedido para encontrar, después de meter casi medio cuerpo a la mentada bolsa, una hamburguesa totalmente distinta, y peor aún ni la mitad del tamaño ofrecido en el dichoso anuncio.

Es cierto, da mucho coraje, pero eso es saber vender y los estilistas de comida poseen un ingenio y capacidad descomunal para crear una imagen virtual de cualquier producto para gente como nosotros, fieles creyentes y consumidores desde el instante en el cual habitamos este planeta.

Usan una masa compuesta por varios productos químicos y harina para crear un helado artificial al cual tomarle fotos sin miedo a que se derrita en un par de minutos; existe dentro de este falso mundo culinario, pero altamente artístico un hombre dedicado a esto desde hace más de 13 años, Nir Adar.

Nir Adar, es uno de los principales y más reconocidos estilistas culinarios, ha trabajado para prestigiosos restaurantes y empresas multimillonarias como Fresh Direct, Oneida, Kraft, Jell-o, Häagen-Dazs, Hood, Turkey Hill y Dunkin Donuts, por mencionar sólo algunas.


Aparte de acicalar comida para lograr un arrebato emocional en nuestro cerebro, ha montado varias exposiciones en las cuales muestra obras únicas, una de las más interesantes, fue una serie de bolas realizadas con utensilios de cocina, mariscos, confitería (en imagen) y comida en general, vale la pena mencionar la creación de dicha producción artística con sus debidos retoques.

Curioso trabajo, ¿cierto? ahora dime, ¿pensarás dos veces antes de ordenar en un restaurante o de seguir algún impulso provocado por la imagen de un delicioso platillo estampado en la página de una revista?

Al final no hay porqué complicarse tanto la existencia, es sano saciar antojos con moderación.


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¿Te resulta familiar?:

La historia de nuestras vidas.


Lo que pedí...

Lo que obtuve...